El Bilbao de los setenta del siglo pasado era un páramo teatral. Hasta que un grupo de jóvenes talentosos, con ganas de cambiar el mundo, se propuso unir y agitar a varios colectivos vecinales y movimientos sociales para hacer del teatro una fiesta lúdica, popular y reivindicativa. Así surgió el primer grupo de teatro independiente vasco, Cómicos de la legua, fundado por Ramón Barea y del que formaron parte su hermano Pedro Barea e Itziar Lazkano, su pareja artística habitual. Se suman a ellos nombres como Bernardo Atxaga, Fernando Savater, Juan Carlos Eguillor, Álex Angulo. O Joseba Sarrionandia, quien escribió un Olentzero surrealista que Cómicos de la legua llegó a representar una Nochebuena ante la estupefacción de los niños que acudieron a verlo. Hoy en día, Ramón Barea e Itziar Lazkano siguen dedicándose al teatro con entrega; a menudo, juntos. Sin ir más lejos, compartieron escenario en 2021 en las representaciones de la adaptación teatral de la obra de Fernando Fernán Gómez ‘El viaje a ninguna parte’; un homenaje al oficio de cómico, precisamente. El viaje a ninguna parte que, en palabras de Barea, director de la obra además de intérprete, «se ha convertido en una metáfora de este arte del teatro que renace en cada función, se eche donde se eche, y que es única e irrepetible». Y prosigue: «Estas cosas sólo se entienden si se viven. Por eso, invitamos al espectador a este viaje. Un viaje en el que, nosotros seguiremos, pero ustedes se pueden apear cuando les plazca. Es sólo teatro, aunque… tiene veneno, el teatro tiene veneno. ¡Vamos, que sale el autobús!»